Ayer, al llegar a su casa, hicimos el amor en el baño. Para que yo no me entristezca, de un tiempo a esta parte él llama hacer el amor a lo que hacemos...



En palabras de Francisco Machuca, cineasta, escritor y además sabio, ELEFANTIASIS es una estupenda colección de cuentos sobre el retrato cáustico de una sociedad decadente.

En el ambiente en el que se mueve este libro, siempre flota alguna reticencia residual del tiempo y de la civilización. Una verdad amarga del desencanto en donde se percibe el silencio que hay en todas las soledades.


   Ángela duerme sin fin, como la lluvia. Hace tres días que no se entera de nada, atiborrada por la medicación que le vienen dando desde el mismo instante en el que le sobrevino la crisis.




Por ELEFANTIASIS desfila una serie de personajes de la calle, tributable, anónima y siempre derrotada. Su espacio no es un universo, sino aquellos pocos metros cuadrados que ocupamos a lo largo de la jornada, de situaciones cotidianas, llenas de intuiciones y matices, en las que nada sucede y si algo acontece suele ser trivial e intrascendente.



     A la hora y poco de estar charlando, ella le preguntó a él si no le estaba esperando nadie. No sin cierta vergüenza por la pregunta y sin entrar en más detalles, él le contestó que no.



Circulan hombres y mujeres corrientes, mal casados o solitarios de vidas grises, sin ninguna peripecia ni expectativas, y colgados de algún sueño que raramente se cumple. Hombres y mujeres de nuestros días, confusos, erráticos, que basculan entre la angustia y la decepción, y en cuya vida explotan, bajo un tenue momento de luz, una ilusión, o el deseo de una improbable felicidad.